La Saga de Rosas “La Sangre del Sur”

La Saga de Rosas 

Título: “La Sangre del Sur" 

Capítulo I: El monstruo de ultramar

Año 1839. Los vientos de rebelión soplan en la provincia de Buenos Aires. El Gobierno del Restaurador, Juan Manuel de Rosas, ordena a defender la Soberanía Nacional manda a sus mejores hombres federales a las fronteras costeras. Mientras tanto, la escuadra francesa bloquea el Río de la Plata, enemistada con Rosas por sus políticas proteccionistas y autoritarias.

En secreto, los estancieros rebeldes conocidos como los Libres del Sur —liderados por Pedro Castelli, Manuel Rico y Ambrosio Crámer— forjan una alianza sin precedentes con un capitán de la flota francesa. Pero este no les entrega cañones ni fusiles... sino un arma viva.

Se trataba de un prisionero traído desde las catacumbas de Marsella: un antiguo vampiro llamado Lucien de Sauveterre, encerrado por siglos en una caja de hierro bendita, custodiada por monjes y alquimistas. Los franceses lo entrega en la costa atlántica, a los estancieros con la promesa de que destruiría a Rosas, cuya naturaleza oscura sospechan también inhumana.

Capítulo II: El precio de la oscuridad

Los estancieros de Los Libres del Sur al verse derrotados por los federales sueltan a Lucien entre los pueblos de la provincia. Al principio, cumple su parte: ataca puestos federales, devora oficiales mazorqueros y crea el caos entre las filas rosistas.

Pero pronto se vuelve incontrolable.

Cada gaucho mordido por Lucien resucita a los pocos días, convertido en vampiro criollo, una nueva raza salvaje que conserva su sombrero, su facón... y un hambre feroz por sangre humana. Los ataques se multiplican. Cuerpos drenados aparecen colgados de los algarrobos. En los ranchos se oyen llorar a mujeres y a niños antes de desaparecer.

Los campos del sur se tiñen de rojo.

Capítulo III: Prudencio Rosas y Nicolás Granada: cazadores del infierno

El Restaurador, alertado de la amenaza, envía a sus dos hombres de máxima confianza: Prudencio Rosas, su propio primo y comandante de caballería, y el temido Nicolás Granada, un oficial silencioso pero letal, instruido en las artes de la guerra y lo oculto por jesuitas.

Ambos descubren que el vampiro no puede ser destruido con armas comunes: el plomo no lo detiene, la cruz lo irrita pero no lo mata. Solo una cosa funciona: decapitarlo con acero bendecido por sangre criolla voluntaria.

Entonces, Prudencio recluta a una unidad especial: gauchos leales que se ofrecen a entregar una gota de su sangre para forjar facones consagrados. Se hacen llamar "Los Corta-Sombras".

Capítulo IV: La cacería final

La batalla final ocurre en los campos de Chascomús, bajo una luna rojiza. Lucien ha convertido a más de cincuenta hombres en su ejército nocturno, y espera el amanecer escondido en una pulpería abandonada.

Prudencio y Granada, al mando de los Corta-Sombras, atacan justo antes del alba. Gauchos vampiros pelean con fiereza, trepan por los árboles, silban como caranchos y vomitan sangre negra.

Granada decapita a cinco de ellos con su sable curvo. Prudencio se enfrenta finalmente a Lucien en un duelo brutal. El vampiro lo hiere, pero justo cuando va a morderlo, Prudencio lo atrapa con una cadena de plata, lo arrastra hacia la luz y le corta la cabeza de un tajo limpio.

Lucien muere con un grito tan agudo que revienta los vidrios de las casas cercanas. Los vampiros convertidos estallan en llamas. El campo queda en silencio.

Epílogo: El precio de la redención

Rosas sobrevive, pero nunca revela al pueblo lo ocurrido. La historia es borrada de los partes oficiales. Solo los descendientes de los Corta-Sombras guardan la verdad en coplas prohibidas que aún se cantan en fogones del sur:

“Del barco vino la peste,

no era peste ni francés...

Era un bicho sin bandera

que chupa alma y fe.”

Algunos dicen que la cabeza de Lucien aún se guarda en una caja de hierro bajo la Catedral de Buenos Aires, y que Rosas. 

Esta es una historia no real: un cruce entre historia argentina, horror sobrenatural y aventura. Es una versión recreada de los Libres del Sur aliándose con fuerzas extranjeras y trayendo un vampiro de los barcos franceses para asesinar a Rosas. El conflicto se desata cuando la criatura se vuelve incontrolable.

Por Ariel Agustín Quiroz 

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