Nicolás Eusebio Granada (Montevideo, 6 de diciembre de 1795 – San Isidro, Buenos Aires, abril de 1871).
Fue un destacado militar argentino, protagonista de las guerras civiles del siglo XIX y firme partidario del gobernador Juan Manuel de Rosas.
Granada inició su carrera en el ejército realista durante las Invasiones Inglesas y los primeros años de la Revolución de Mayo. Tras la caída de Montevideo en 1815, fue capturado y posteriormente se unió al ejército patriota. Participó en diversas campañas contra los federales de Santa Fe y en las batallas de Cepeda y Cañada de la Cruz en 1820. En 1823, acompañó al gobernador Martín Rodríguez en la fundación del Fuerte Independencia, actual ciudad de Tandil, y luchó contra los pueblos originarios bajo las órdenes de Federico Rauch y Ángel Pacheco .
Durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas, Granada desempeñó un papel crucial en la defensa del régimen. En 1839, durante la revolución de los Libres del Sur, se unió a las fuerzas de Prudencio Ortiz de Rosas y participó decisivamente en la Batalla de Chascomús, donde su regimiento fue clave para la victoria rosista . Posteriormente, combatió en la campaña al desierto de 1833 y en enfrentamientos contra los pueblos originarios liderados por Calfucurá, destacándose en la batalla de Tapalqué. También participó en las batallas de Quebracho Herrado, San Cala y Rodeo del Medio, y en el sitio de Montevideo.
Tras la caída de Rosas en 1852, Granada apoyó la Revolución del 11 de septiembre en Buenos Aires y se retiró temporalmente del ejército. Regresó al servicio en la frontera sur y, en 1858, logró una significativa victoria contra Calfucurá en Pigüé. A pesar de sus méritos, su ascenso a general fue vetado por sus antecedentes rosistas. Se retiró definitivamente en 1867 y se estableció en San Isidro, donde falleció en 1871 durante la epidemia de fiebre amarilla .
Nicolás Granada es recordado como un militar leal y valiente, cuya trayectoria refleja las complejidades y divisiones de la Argentina del siglo XIX.
Quiero en este artículo hacer un reconocimiento especial a Nicolás Eusebio Granada con unas palabras alusivas.
Recordamos con respeto y admiración a Nicolás Eusebio Granada, militar de la patria, hombre de lealtades firmes y protagonista silencioso de muchas páginas de nuestra historia nacional.
Granada fue testigo y actor de la Revolución de Mayo, de las guerras por la independencia y, sobre todo, de las arduas luchas internas que desgarraron a nuestra joven Nación. Su vida estuvo marcada por la entrega al deber militar, la defensa de los ideales federales y una incansable participación en los campos de batalla.
Firme defensor del orden establecido por Juan Manuel de Rosas, Granada se distinguió por su valentía en la Batalla de Chascomús, enfrentando a los Libres del Sur, y en otras acciones como las campañas del desierto, donde defendió las fronteras del país. Fue soldado del desierto, soldado de la frontera, soldado de la patria.
Aunque sus méritos fueron muchos, su nombre fue opacado por la política del olvido a quienes abrazaron la causa federal. Su ascenso a general, merecido por trayectoria y servicio, le fue negado por razones ideológicas. Sin embargo, la historia verdadera no olvida a quienes sirvieron con honor, más allá de las banderas.
Al evocar a Nicolás Granada, no sólo recordamos a un hombre de armas, sino también a un testimonio viviente de la Argentina que luchaba por definirse a sí misma. Que su ejemplo nos inspire a valorar la memoria, a comprender el pasado sin prejuicios y a seguir construyendo un país con justicia histórica.
Por Ariel Agustín Quiroz
Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas del Partido de la Costa.
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