Naturaleza de las campañas: defensa vs. conquista
La campaña de Juan Manuel de Rosas de 1833 fue, fundamentalmente, una campaña de frontera, defensiva y diplomática, con el objetivo de pacificar los límites del Estado en expansión y proteger a la población criolla y mestiza de los malones constantes. Rosas actuó con conocimiento del territorio, trato directo con las tribus, y entendimiento cultural. Pactó, negoció, respetó cacicazgos e incluso incorporó pueblos originarios a la estructura militar y política del Estado federal.
Por el contrario, la campaña de Julio Argentino Roca (1878–1885) fue una campaña militar de conquista y exterminio sistemático, orientada al apropiamiento de tierras para el beneficio de oligarquías y capitales extranjeros. No hubo intención de integración, ni negociación significativa con los pueblos originarios. Fue una política de ocupación total: “barriendo con los indios”, como ellos mismos decían, en pos de crear latifundios improductivos en manos de pocos.
Roca encabezó lo que hoy puede considerarse, sin eufemismos, un genocidio étnico y cultural. Se calcula que más de 15.000 personas indígenas fueron asesinadas o esclavizadas, muchas veces mujeres y niños. Los sobrevivientes fueron repartidos como sirvientes en casas de “buena familia”. Las cifras no son exageradas, y están documentadas. Y como bien citás, esto fue denunciado por Sarmiento, que no era precisamente un defensor de los pueblos originarios, pero entendía el peligro de concentrar la tierra en pocas manos.
La campaña de Rosas en 1833 no tuvo las cifras masivas de muertes que se adjudican a la de Roca. De hecho, la mayoría de las tribus fueron aliadas, como los caciques Catriel, Cachul, y muchas ramas de tehuelches y pampas que acordaron tratados y fueron reconocidas como pueblos autónomos. Rosas entendía la política de frontera como una convivencia forzada, no como un aplastamiento unilateral.
Rosas gobernó con un proyecto de soberanía: autonomía económica, defensa del federalismo, orden, y resistencia al poder extranjero. Mantuvo la unidad nacional sin ceder el territorio. Roca, en cambio, negoció con Gran Bretaña y el capital financiero internacional. Su política de tierras benefició a empresas extranjeras, mientras que naciones indígenas enteras eran borradas del mapa.
Revisionista en Historia
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